Anticoncepción de barrera II

Continuación de la entrada Anticoncepción de barrera I.

Diafragma.

Es una especie de cúpula semiesférica de látex que se coloca en el cuello uterino para evitar que los espermatozoides pasen por el mismo. Es sencillo: funciona como el tapón de un desagüe, solo que en vez de impedir que pase agua hacia la cañería impide que el semen pase hacia el útero (al fin y al cabo, lo que hacen todos los anticonceptivos de barrera).

Como sabemos, la anchura, profundidad y adaptabilidad de las vaginas cambia de mujer a mujer, por lo que un diafragma de un tamaño determinado puede no valerle a dos mujeres distintas. Es por eso que hay de diferentes tamaños, teniendo el más pequeño 50 milímetros de diámetro y el más grande alrededor de 100. Para saber cuál es la talla de diafragma adecuada es necesario ir al ginecólogo. Es muy importante usar un diafragma de la talla correcta y tener en cuenta que aumentos o pérdidas de peso pueden requerir un diafragma de distinto tamaño al habitual.

Se ha de colocar antes de la relación sexual y mantenerlo dentro de 6 a 8 horas después de que se termine. Si se impregna (y así se recomienda) con espermicidas la probabilidad de éxito aumenta. Al sacarlo se ha de lavar bien y guardarse para el siguiente coito.

1:vejiga, 2:hueso pélvico, 3:uretra, 4:vagina, 5:útero
6:fondo de saco vaginal, 7:canal cervical, 8:diafragma, 9:recto.

El índice de Pearl se estima en 6% para la usuaria perfecta y 16% para la usuaria típica. Esto quiere decir que aunque es un método seguro si se usa bien, sin duda no es el más efectivo.

Lo bueno es que puede colocarse antes de la relación y olvidarse de él hasta que toque quitárselo, que no interfiere en el ciclo menstrual y que el precio no es elevado teniendo en cuenta lo que puede durar. Depende de la marca, pero su precio suele rondar los 40 o 50 euros. Sin embargo, su uso puede prolongarse de 1 a 2 años. Puede prevenir enfermedades de transmisión sexual susceptibles de desarrollar en el canal cervical, pero no está diseñado para eso, por lo que no es útil contra la mayoría de ellas.

Lo malo que se ha relacionado con infección del tracto urinario, que muchas mujeres dicen que es desagradable de poner y la necesidad de ir al ginecólogo para medir el tamaño adecuado.

Capuchón cervical.

Tiene una forma similar a la del diafragma, pero es más estrecho y más hondo. De hecho, tiene más forma de dedal que de cúpula, y está diseñado para ajustarse al cuello uterino. La analogía del tapón se adapta mejor al capuchón cervical que al diafragma, pero el mecanismo de acción es similar: impedir el paso del esperma hacia el útero. A lo largo de la historia se han utilizado todo tipo de materiales para el mismo fin, desde una pasta compuesta de heces de cocodrilo y miel hasta la mitad de un limón vaciado.

También hay de distintos tamaños, por lo que la asistencia de un ginecólogo será necesaria para elegir el tamaño adecuado.

Se coloca antes de la relación sexual (antes de cualquier excitación mejor) y se mantiene dentro de la vagina de 6 a 8 horas después de la última eyaculación dentro de ella. Luego se saca, se lava y se guarda hasta el siguiente uso. Igual que el diafragma, puede durar de 1 a 2 años y se recomienda su uso con espermicidas.

El capuchón cervical bien colocado, con los bordes en los fondos del saco vaginal.

El índice de Pearl varía dependiendo de si la mujer que usa el capuchón ya ha tenido hijos o no. Así, en mujeres que no han dado a luz la efectividad va del 9% de la usuaria perfecta al 16% de la usuaria típica. En mujeres que han dado a luz varía del 26% de la usuaria perfecta al 32% de la usuaria típica.

Cosas malas: al ser más pequeño que el diafragma su colocación es más complicada, porque además tiene que ir bien fijado a los fondos de saco vaginales, la eficacia es mala si la usuaria ha dado a luz anteriormente y no es eficaz contra la mayoría de enfermedades.

Cosas buenas: al ser pequeño no se nota durante la relación, la irreversibilidad (capacidad de echarse atrás en su uso) es total y dura bastante tiempo.

Esponja vaginal.

En la antigüedad se recomendaba introducirse en la vagina pedazos de esponja marina con limón. Hoy en día se usa una esponja cilíndrica (3x7cm) que ha de humedecerse para activar el espermicida que viene impregnado en ella. Se introduce dentro de la vagina antes de la relación sexual y se coloca a la altura de canal cervical, de forma similar a como se colocarían el diafragma y el capuchón.

Se puede colocar hasta 24 horas antes y se ha de dejar dentro al menos 6 horas después del coito.

La esponja vaginal en su envoltorio.

Al igual que con el capuchón, el índice de Pearl cambia en función de si la usuaria ya ha parido o no. En este caso, la eficacia varía del 9% de la usuaria perfecta al 12%  de la usuaria típica en mujeres que nunca han dado a luz, y del 20% de la usuaria perfecta al 24% de la usuaria típica en mujeres que sí han dado a luz.

Eficacia regular, colocación relativamente sencilla, no se nota durante la relación si está bien colocada y no requiere de espermicidas adicionales pues ya lleva en su contenido. Por supuesto, no protege contra enfermedades.

Al final, a veces hay mujeres que por alguna razón anatómica no pueden usar el diafragma, por lo que el capuchón o la esponja son alternativas plausibles si quiere usarse un método de barrera. Sin embargo, teniendo en cuenta que ninguno de los de esta entrada protege bien contra enfermedades, solo deberían recomendarse a mujeres que tengan una pareja estable. Ahora bien, con la información adecuada, toda persona lo suficientemente madura puede hacer lo que le salga de las narices.

Todas las imágenes proceden de Wikipedia.

¡Hasta pronto!