Encontrar al compañero vital, parte 4
Esta es la cuarta parte. Es
conveniente leerse las partes anteriores, o al menos las dos primeras.
Así pues, dijimos, ¿qué hace que
una relación vital sea feliz?
Una de las maneras de llegar al
éxito en algunas facetas de la vida es desgranar esas facetas en partes
pequeñas en las que centrarse. Alcanzar el éxito en las partes pequeñas acerca
el éxito en la faceta. Por ejemplo, si se quieren sacar buenas notas (faceta)
primero se ha de tener éxito en tener buenos apuntes, en entender las
explicaciones del profesor, en poseer técnicas de estudio eficientes y en
dominar la materia (partes). El éxito en cada una de esas partes casi garantiza
el éxito en esa faceta.
Las relaciones de pareja no son
diferentes en ese sentido. En las relaciones hay que pensar por partes, ver que
no se construyen a partir de nada poético, sino a partir de 20.000 días que se
van apilando uno detrás de otro. En las relaciones es más importante el quinto
día del viaje vacacional número 34 que la luna de miel, y es más importante la
cena número 7.931 en la cocina que el día que se decidió qué alicatado ponerle.
Una relación es vivir. Juntos.
Entonces, sabiendo que la mejor
forma de hacerse bueno en algo es haciéndose bueno en las partes que componen
ese algo, y que las relaciones entran en esa dimensión, podemos llegar a una
conclusión: la mejor forma de construir una relación feliz es tratando de
construir los días que componen esa relación lo más felices posible. Dicho de
otra manera, de los 20.000 días de relación, cuantos más sean felices, mayor
probabilidad de que la relación sea feliz. Perogrullo.
Amistad. Épica.
Circula por ahí una chorrada que
dice que la pareja no tiene que ser un amigo, sino una pareja. Por más vueltas
que pueda dársele, es difícil encontrarle el sentido, básicamente porque no lo
tiene. Y sólo tenemos que estirar el brazo a por un diccionario o teclear rae
para ver por qué. Dice el diccionario sobre la amistad: afecto personal, puro y desinteresado,
compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato. Esa es la principal característica de una relación de
pareja. Es fundamental que la pareja sea un amigo.
¿Qué
tienen los amigos? Pues que nos gusta pasar el tiempo con ellos. El tiempo que
se pasa con los amigos de verdad es de alta calidad. Ese tiempo que se pasa
volando supone una interacción vigorizante, en la que suele perderse la noción
del resto de cosas y que es exactamente lo contrario a aburrida. Si nuestra
pareja cumple esa característica, tenemos la mitad del camino hacia la
felicidad recorrido.
Pero
sigamos desgranando. ¿Qué hace que el tiempo que pasamos con los amigos/pareja
adecuada se pase volando?
En
primer lugar, el sentido del humor
compartido. Que las mismas cosas hagan reír a los integrantes o la
habilidad de extraer algo gracioso o divertido de situaciones aburridas o no
divertidas (el avión se ha retrasado, alguno tiene una infección leve, etc.) es
clave hasta el punto de que puede asegurarse que la cantidad de risas
existentes en una relación es un gran pronosticador de su futuro.
En
segundo lugar, el respeto por la
inteligencia del otro. Como ya se dijo, la pareja cumple la función de
terapeuta para la vida (la persona a quien le cuentas tus mierdas). Así que
respetar el modo de pensar de la pareja es importante porque si no es así, con
el tiempo el interés de contarle las cosas que le pasan a uno por la cabeza irá
decayendo porque no interesará lo que tengan que decir sobre ello.
Finalmente,
los intereses compartidos. Los
pasatiempos favoritos y las preferencias personales comunes son otra clave,
porque de otra manera todo aquello que hace que una persona sea una persona se irá convirtiendo en una faceta cada
vez más pequeña de su vida y se encontrará buscando con dificultad qué poder
hacer un sábado por la tarde para divertirse con su pareja.
La
pareja no ha de ser sólo la pareja. Ha de ser un amigo épico. El amigo con el
que no te importaría pasar la mayor parte del resto de tu vida.
Sentirse como en casa.
Si
alguien fuese a pasar doce horas seguidas sentado en una silla uno de los
primero pensamientos que le pasarían por la cabeza sería: será mejor que adopte una postura cómoda. Y es que la más leve
incomodidad, con el tiempo, se desarrolla y se convierte en dolor, y luego en
tortura. Cuando hay que hacer algo durante mucho, mucho tiempo, es muchísimo
más llevadero si es confortable, claro. En las relaciones de pareja, una
incomodidad perpetua entre sus integrantes es una fuente inagotable de infelicidad,
sobre todo cuando se magnifica con el tiempo, como la tortura de la silla. Sentirse como en casa significa sentirse
a salvo, seguro, natural y calentito dentro de la relación.
Y para
sentirse como en casa los muebles tienen que estar en su sitio y el suelo ha de
estar limpio. Así, para limpiar el suelo de una relación existen ciertos
productos de innegable eficacia.
El
primero es confianza y seguridad.
Los secretos suelen ser un veneno que forma una especie de pared invisible
entre los integrantes, dejándolos, de alguna forma, solos en el mundo. Además,
¿quién quiere pasar 50 tacos escondiendo algo? Un secreto es un concepto que
choca con la idea de hogar. Los secretos deberían quedarse en el descansillo.
El
segundo es química natural. La
interacción con la pareja debería ser fluida y liviana. Esto es la cosa esa de
estar en la misma onda. Los niveles de energía han de estar en la misma
frecuencia, porque la interacción de dos personas con frecuencias completamente
distintas es agotadora e improductiva.
El
tercero es aceptación de los defectos.
Las
personas tienen defectos. Un huevo de ellos. Tener
defectos entra dentro de la condicición de ser humano, y uno de los peores
destinos que pueden alcanzarse es pasarse la mayor parte de la vida siendo criticado
por esos defectos y castigado por seguir teniéndolos. Vamos a ver, es muy bueno
mejorar personalmente y hacerse cargo de los defectos de uno mismo, pero en una
relación de pareja la actitud sana es la que entiende que el otro viene con
defectos de fábrica, igual que uno mismo.
Por
último, el cuarto es una atmósfera
general positiva. No es aceptable que la atmósfera sea negativa, y tampoco
es sostenible. Las interacciones positivas alimentan la relación. Parejas con
menos de cinco interacciones positivas por cada una negativa suelen tenerlo
difícil para salir adelante.
Determinación a tener una buena relación.
Las
relaciones suelen ser difíciles. Esperar una relación de pareja fuerte sin
invertir en ella como si fuese un trabajo a tiempo parcial es como esperar
progresar en el trabajo sin esfuerzo. En una época en la que en la mayoría de
lugares los humanos pueden disfrutar de libertad y de la capacidad de elegir el
camino que va a recorrerse en la vida, a veces no sienta bien pasar a formar
parte de algo y comprometerse en algunas cosas en las que hasta el momento se
ha sido egoísta. Pero puede aprenderse a tener una buena relación de pareja
trabajando algunas cosillas importantes.
La
primera es comunicación. Decir que
la comunicación es clave para mantener una buena relación es como decir que el
oxígeno es clave para seguir vivo. Pero la mala comunicación suele ser la
piedra con la que tropiezan muchas parejas. La comunicación efectiva se
desarrolla con el paso de los años, hasta que llega un punto en que una pareja
completamente compenetrada puede comunicarse sólo con miradas, pero es una
escalera larga, y los primeros escalones se basan en el respeto y la confianza.
La
segunda es igualdad. Las relaciones
de pareja pueden deslizarse hacia una dinámica de poder desigual bastante
rápido. Cuando el estado de ánimo de uno dicta el estado de ánimo de la casa, cuando
las opiniones o necesidades de uno siempre prevalecen sobre las del otro, o
cuando uno empieza a tratar al otro de una forma en la que al mismo no le
gustaría ser tratado, hay un problema.
Y la
tercera es discutir bien. Esto lo
veremos en otra(s) entrada(s) independiente(s). De momento baste decir que
discutir suele ser inevitable, pero que hay discusiones buenas y discusiones
malas. Cuando discute bien, la pareja apacigua la tensión, mantiene el sentido
del humor y realmente escucha al otro, evitando ser destructivos, defensivos o
desagradables. Cuando se discute mal se suele hacer sobre temas que no tienen
solución, temas que aparecen cada cierto tiempo creando mal ambiente y rencor.
Una buena pareja sabe identificar esos temas y tiene la capacidad de no
enfadarse por esas chorradas.
En definitiva, al buscar
compañero para la vida o evaluar la relación vital actual, es importante
recordar que toda relación tiene defectos, y que la nuestra no será
sobresaliente en cada una de las dimensiones que la componen, pero que nuestro
trabajo es y será tratar de hacerlo lo mejor posible en cada una de ellas. Y es
que cada factor (partes) de la relación (faceta) juega un papel fundamental en
la felicidad de la pareja.
Porque son esas pequeñas partes
las que harán que la cena número 7.931 que se comparte con la pareja sea una
cena feliz.
¡Gracias por leer y hasta pronto!
Tienes más razón que un santo... :-D
ResponderEliminarGracias! A veces puede ser difícil o costoso trabajar todo lo de arriba, pero lo que está claro es que merece la pena.
EliminarUn saludo! :)
Måske vidste du ikke, men de fleste seksuelle problemer er relateret til stress og problemer på arbejdspladsen. For tidlig sædafgang og erektionsproblemer påvirker de fleste mænd, men ingen vil indrømme det for dig. Prøv https://dk-apotek.com/zithromax/ at starte dit Se againliv igen
ResponderEliminar