Encontrar al compañero vital, parte 1

Empecemos por el concepto: compañero vital. Es exactamente eso, una pareja para toda la vida, la pareja sentimental, emocional, sexual, social y de amistad para el resto de los días. Nos podemos hacer algunas preguntas sobre ello.

¿Existe? Claro, hay muchas personas que encuentran a su pareja definitiva y que les dura hasta el fin de sus días. Son parejas en las que habrá problemas o dificultades, pero en las que el ambiente general es de satisfacción y de alegría, nunca de arrepentimiento o de infelicidad.

¿Es necesaria? Para algunos sí, para otros no, naturalmente. Hay personas que quieren permanecer solteras para siempre viviendo una vida perfectamente completa, y otras que lo que más desean es encontrar de una vez a aquel otro ideal que les acompañe en el viaje.

¿Es la cosa esa de la media naranja? No. Los seres humanos no somos mitades cercenadas buscando otra mitad para sobrevivir. Somos entes completos que no requieren la presencia de otra persona para el día a día, pero que deciden buscar a alguien con quien entablar una relación estable que les permita construir una vida en colaboración.

Así que, ¿qué pasa con aquellos solteros que lo que más quieren es encontrar a esa persona, a su compañero vital? Pues generalmente que ven la vida como si fuera una montaña, en la que ellos están en el pie, aun sin subirla, pero con unos prismáticos pueden ver a las parejas felices que están en la cima abrazándose y riéndose. Varias investigaciones parecen reforzarlo, sugiriendo que las personas casadas son de media más felices que las solteras y mucho más que las divorciadas. Pero si se divide al grupo de casados en dos grupos en base a la calidad del matrimonio, los que perciben su relación como pobre son bastante miserables, y mucho menos felices que los solteros, y los que perciben su relación como rica son incluso más felices de lo que las investigaciones aseguran.

En otras palabras, lo que sucede en realidad es que el soltero insatisfecho con la soltería no está al pie de la montaña, sino en una ladera entre la cima y el pie. Con los prismáticos puede ver a las parejas felices de la cima, pero también puede ver a las parejas infelices al pie de la montaña.

Los solteros insatisfechos deberían considerarse en realidad en una posición neutral bastante esperanzadora, comparando con cuál podría ser su situación. Un soltero al que le gustaría encontrar una gran relación está sólo a un paso de ella con una lista-de-cosas-por-hacer en la que pone: “1) Encontrar una gran relación.” Las personas en relaciones infelices, por su parte, están tres pasos por atrás con una lista-de-cosas-por-hacer como esta: “1) Pasar por una ruptura descorazonadora. 2) Recuperarse emocionalmente. 3) Encontrar una gran relación”. No está tan mal si se mira desde esa perspectiva ¿verdad? 

Recordemos que estamos hablando sólo de los solteros que no quieren ser solteros y buscan una relación definitiva, a su compañero vital.

Pensar en lo abrumadoramente importante que es encontrar a la pareja vital adecuada es como pensar en lo enorme que es el universo o en lo terrorífica que es la muerte – es demasiado intenso interiorizar esa realidad, así que simplemente no pensamos en ello y permanecemos en un estado de leve negación sobre la magnitud de la situación.

Sin embargo, no así como la muerte o el tamaño del universo, elegir una pareja vital está completamente bajo tu control, así que es importante tener claro lo complicada que es esa decisión y analizar pormenorizadamente los factores más importantes antes de realizarla.

Así que, ¿cómo de complicado es?

Bien, empieza por restar tu edad a 90. Si tienes una vida larga, ese es el número de años que vas a pasar con tu actual o futura pareja vital, más o menos. Eso es un montón de tiempo – y casi la totalidad del resto de tu existencia. Demonios, es un compañero vital ¿no?

Además, cuando eliges pareja vital, estás eligiendo muchas cosas, incluyendo compañero parental y alguien que influenciará profundamente a tus hijos, tu acompañante comensal a lo largo de alrededor de 20.000 comidas, tu compañero de viajes en unas 100 vacaciones, tu principal compañero de ocio y jubilación, tu terapeuta diario personal y alguien cuyo resumen del día escucharás cerca de 18.000 veces.

Mucha tela.

Así que dado que ésta es, de lejos, la cosa más importante en la vida que hay que hacer correctamente, ¿cómo es que hay tanta gente buena, inteligente y lógica que termina eligiendo una pareja vital que les acaba haciendo infelices, dejando insatisfechos o provocando malestar?

Pues por lo que parece, hay un puñado de factores que juegan en nuestra contra: los veremos muy pronto en la segunda parte. ¡Aquí está la parte 2!

¡Hasta pronto!